Su puesta en práctica permite evidenciar las competencias desarrolladas por los alumnos relacionadas con la expresión oral de ideas, conocimientos construidos y puntos de vista adoptados, ya que su preparación previa y su ejecución pone en evidencia recursos conceptuales, procedimentales y actitudinales al expresarse oralmente ante una audiencia.
Es una excelente herramienta para evaluar los conocimientos de los estudiantes sobre un tema específico. Se deben definir las competencias a lograr y posteriormente explicar el procedimiento para desarrollarlo en términos de inicio, desarrollo y cierre.
- Inicio.– Elección del tema por parte de los alumnos o docente, es importante que se refiera a un tópico de interés para ellos de manera que tanto la información que poseen y la que investiguen sea altamente significativa.
- Desarrollo.– Se refiere a la forma en que se expone el tema ante una audiencia y los materiales de apoyo que se utilizan como apoyo de la misma.
- Cierre.– Se hace una valoración final sobre el desempeño del alumno, se hacen señalamientos sobre aspectos que salieron muy bien y de otros que se deben mejorar.
Para su evaluación se deben de considerar los siguientes criterios:
- La organización de la exposición.
- Calidad del contenido.
- Materiales de apoyo.
- Eficacia comunicativa.
- Adecuado léxico.
- Tiempo de duración de la exposición.
Es importante fijar objetivos con los cuales sea posible limitar el comienzo y final de una exposición oral. De esta forma será más sencillo para el alumno exponer de forma clara los temas a tratar durante su intervención y cómo se va a llevar a cabo la misma.